El tiempo no hace a la Historia. Es la Historia la que hace al tiempo. Algunos pondrán los relojes en hora, se despertarán temprano, irán a trabajar. Sus trajes serán eternamente grises, aunque los decoren. Aunque sonrían, estarán vacíos. Algunos creerán que dicen la verdad, porque nunca la vieron desnuda. Y entre medio de todos ellos, estás vos. Que aprendiste a deshojar la verdad cual margarita de enamorados. Y quedaste sólo con el centro, el núcleo. El principio.
Tu rutina es la búsqueda. Probablemente te digan inconformista, pero para mí ese es el mejor adjetivo que se le puede dar a una persona. Buscar es moverse. La quietud llegará cuando se acabe el tiempo.
Todavía amanece.
Todavía existimos.
¿Por qué renunciar a la pelea en un primer round? ¿Por qué no intentarlo todo, agotar los recursos?
¿Por qué sucumbir al miedo? Peor aún, ¿por qué sucumbir a la comodidad?
La calle está llena de murmullos. De murmuradores. Allá, acá y en todas partes. De tibios seres que no saben que el sol, para regir todo un sistema, tiene que quemarse a sí mismo todos los días. No lo entienden, pero lo admiran. Pero le temen. Y sin embargo, lo necesitan.
El mundo necesita el sol para que la vida sea posible. Para derrocar al frío, a la oscuridad, a la ceguera.
No creo en las misiones. Creo en el equilibrio. Entre millones de estrellas muertas, hace falta una que brille más que el resto y las ilumine a todas. Me tocó en gracia ser iluminada (ya más de una vez) por tu luz. Y es una bendición. Por eso, esta caricia. Pobre, humilde caricia, pero caricia al fin. Espero que sirva para mantener esa luz encendida durante un tiempo más.
Some girls won't dance to the beat of the track. |