26 feb 2008
Trenes
¿ Y si por una vez me sentara a decirte la verdad? ¿Me tomara el tiempo, te tomara las manos, bajara la vista avergonzada? Por una vez. Cambiar esta verborragia descontrolada hace mil años atrás que te cuenta la historia de mi vida como si esa fuera la justificación para seguir tejiendo esta tela (Penélope) y volverla bufanda, simplemente para ahorcarte, quitarte el aire y de pronto, suddenly, arrojarte al aire, al vacío, respirá solo. Me bajo de todos los trenes y en el andén sonrío con la sonrisa que ensayo siempre en un nuevo hombre, y que sigue funcionando, y me prendo un cigarrillo, y no digo te quiero, pero abrazo fuerte, y después clavo los colmillos, las uñas, un minuto de esplendor y el apagón, siempre el apagón.
Los mejores momentos los he vivido en la soledad de mi cerebro. Dejo que vengan y vayan y vuelvan pensamientos, y no me fuerzo ante tu rostro , no me fuerzo ante el rostro de nadie, no le miento a mi silencio y a mi nicotina. El andén es el lugar donde deberías hallarme sin intentar subirme a ningún lado. Yo manejo exclusivamente mis pies, seguime si te gusta cómo camino. Pero si te retrasás, te obnubilás, te detenés, no esperes que mire hacia atrás. Penélope de mentira.
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